La humedad del verano, el calor fundiendo sudores, resfalando tu mano por mi muslo, sintiendo cada una de tus marcas en las huellas de tus dedos por mi lengua, salado, dulcemente salado, saboreando cada centímetro de tu sexo... erizados los poros con cada aroma de los tuyos, metiendo mi nariz en tus rincones y erecciones, el dorso de mi mano en toda la piel de tu cuerpo, escuchando el pulso de tu sangre correr acelerda en tus pliegues, desde tu cuello, bajando a tus axilas, tu entrepierna, tus muñecas, tus rodillas...sentir en mi piel tu respiración agitada y el susurro de tus roncos gemidos cuando estás al borde de estallarme dentro, ver tus ojos semicerrados impestañeables... moviéndonos sincronizados los galopes, los golpes de tu pelvis contra la mia, mis pechos bamboleantes acercandose a tu boca que gustosa los succiona...gustarte, olerte, escucharte, mirarte, saborearte, percibir mezcladas nuestras humedades como aceite de oliva bañándonos enteros en su viscoza densidad inseparable...
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