Hay que escapar- me dijo la gran figura que se interpuso entre la luna llena y yo.
Habían pasado siglos o minutos a la intemperie después de que escapamos de la tierra sacudiéndose
salimos bajando los escalones con la precaución del miedo a lo inesperado,
Luego de interminables sacudones ....
hay qe escapar!, se sale el mar-
Sacudires que no se detenían, y su voz ronca repite, ya en un grito
MAREMOTO... !!!
Es verdad que estábamos a escasos metros de él... ese mar que me acompañó tantas décadas, ahora se volvía amenazante, oscuro, furioso...
Fue entonces cuando me tomó por los hombros y me sacudió con todo su gran porte...
es verdad, hecha a andar el auto y conduce cerro arriba.
Y así lo hicimos, la hora avanzaba y el sol no se aparecía, amanecer se retrasba ,
Después de dos pastillas para dormir, sin mis lupas indispensables, y con mis dos pequeños,
Entre calles escombradas y cables en la acera, encontramos la cuesta mas empinada del puerto
a pocos centímetros del Poseidón, y el tiempo pasaba...
están a salvo- pronunció la voz.
Cuando el padre sol llegó, vi sus ojos... eran los que andaba buscando...